Löydetty 238 Tulokset: Haré

  • Vaciaré la prudencia de Judá y Jerusalén a causa de este lugar: les haré caer a espada ante sus enemigos por mano de los que busquen su muerte; daré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, (Jeremías 19, 7)

  • Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y comerán cada uno la carne de su prójimo, en el aprieto y la estrechez con que les estrecharán sus enemigos y los que busquen su muerte.» (Jeremías 19, 9)

  • Así haré con este lugar - oráculo de Yahveh - y con sus habitantes, hasta dejar a esta ciudad lo mismo que Tófet, (Jeremías 19, 12)

  • Yo recogeré el Resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empujé, las haré tornar a sus estancias, criarán y se multiplicarán. (Jeremías 23, 3)

  • Pero igual que a los higos malos, que no se pueden comer de malos - sí, así dice Yahveh -, así haré al rey Sedecías, a sus principales y al resto de Jerusalén: a los que quedaren en este país, y a los que están en el país de Egipto. (Jeremías 24, 8)

  • Haré de ellos el espantajo, una calamidad, de todos los reinos de la tierra; el oprobio y el ejemplo, la burla y la maldición por dondequiera que los empuje, (Jeremías 24, 9)

  • (No vayáis en pos de otros dioses para servirles y adorarles, no me provoquéis con las hechuras de vuestras manos, y no os haré mal.) (Jeremías 25, 6)

  • y haré desaparecer de ellos voz de gozo y voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de la muela y la luz de la candela. (Jeremías 25, 10)

  • entonces haré con esta Casa como con Silo, y esta ciudad entregaré a la maldición de todas las gentes de la tierra.» (Jeremías 26, 6)

  • me dejaré encontrar de vosotros (- oráculo de Yahveh -; devolveré vuestros cautivos, os recogeré de todas las naciones y lugares a donde os arrojé - oráculo de Yahveh - y os haré tornar al sitio de donde os hice que fueseis desterrados). (Jeremías 29, 14)

  • Pues he aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que haré tornar a los cautivos de mi pueblo Israel (y de Judá) - dice Yahveh - y les haré volver a la tierra que di a sus padres en posesión. (Jeremías 30, 3)

  • Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de Yahveh -. Porque «La Repudiada» te llamaron. «Sión de la que nadie se preocupa». (Jeremías 30, 17)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina