Löydetty 55 Tulokset: Bendijo

  • Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre de Yahveh Sebaot (II Samuel 6, 18)

  • Cayó Joab sobre su rostro en tierra y postrándose bendijo al rey. Joab dijo: «Hoy ha conocido tu siervo que ha hallado gracia a tus ojos, oh rey mi señor, pues ha cumplido el rey el deseo de su siervo.» (II Samuel 14, 22)

  • Todo el pueblo pasó el Jordán. Pasó el rey, que besó a Barzillay y le bendijo, y éste se volvió a su casa. (II Samuel 19, 40)

  • Se volvió el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel mientras que toda la asamblea de Israel estaba en pie. (I Reyes 8, 14)

  • El arca de Dios habitó tres meses en la casa de Obededom. Y bendijo Yahveh la casa de Obededom y cuanto tenía. (I Crónicas 13, 14)

  • Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre de Yahveh, (I Crónicas 16, 2)

  • Después bendijo David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: «¡Bendito tú, oh Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre! (I Crónicas 29, 10)

  • Después dijo David a toda la asamblea: «¡Bendecid a Yahveh, vuestro Dios!» Y toda la asamblea bendijo a Yahveh, el Dios de sus padres, se inclinaron y se postraron ante Yahveh y ante el rey. (I Crónicas 29, 20)

  • Se volvió el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba en pie. (II Crónicas 6, 3)

  • Esdras bendijo a Yahveh, el Dios grande; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: «¡Amén! ¡Amén!»; e inclinándose se postraron ante Yahveh, rostro en tierra. (Nehemías 8, 6)

  • Y el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron voluntarios para habitar en Jerusalén. (Nehemías 11, 2)

  • Ragüel bendijo al Dios del Cielo, diciendo: ¡Bendito seas, oh Dios, con toda pura bendición y seas bendecido por los siglos todos! (Tobías 8, 15)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina