Löydetty 12 Tulokset: �Sígueme
Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.» (Mateo 8, 22)
Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió. (Mateo 9, 9)
Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.» (Mateo 19, 21)
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió. (Marcos 2, 14)
Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» (Marcos 10, 21)
Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» (Lucas 5, 27)
A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.» (Lucas 9, 59)
Oyendo esto Jesús, le dijo: «Aún te falta una cosa. Todo cuanto tienes véndelo y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme.» (Lucas 18, 22)
Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.» (Juan 1, 43)
Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.» (Juan 21, 19)
Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.» (Juan 21, 22)
Le dijo el ángel: «Cíñete y cálzate las sandalias.» Así lo hizo. Añadió: «Ponte el manto y sígueme.» (Hechos 12, 8)
