Löydetty 300 Tulokset: �Grande

  • ¿Acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? ¿o se tiene por más grande la sierra que el que la blande? ¡como si la vara moviera al que la levanta! ¡como si a quien no es madera el bastón alzara! (Isaías 10, 15)

  • Dad gritos de gozo y de júbilo, moradores de Sión, que grande es en medio de ti el Santo de Israel.» (Isaías 12, 6)

  • Aquel día castigará Yahveh con su espada dura, grande, fuerte, a Leviatán, serpiente huidiza, a Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al dragón que hay en el mar. (Isaías 27, 1)

  • Aquel día se tocará un cuerno grande, y vendrán los perdidos por tierra de Asur y los dispersos por tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en el monte santo de Jerusalén. (Isaías 27, 13)

  • y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota sin compasión, en la que al romperse no se encuentra una sola tejoleta bastante grande para tomar fuego del hogar o para extraer agua del aljibe. (Isaías 30, 14)

  • Todos tus hijos serán discípulos de Yahveh, y será grande la dicha de tus hijos. (Isaías 54, 13)

  • Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahveh, que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en perdonar. (Isaías 55, 7)

  • ¡Izad bandera hacia Sión! ¡Escapad, no os paréis! Porque yo traigo una calamidad del norte y un quebranto grande. (Jeremías 4, 6)

  • Escapad, hijos de Benjamín, de dentro de Jerusalén, en Técoa tañed el cuerno, y sobre Bet Hakkérem izad bandera, porque una desgracia amenaza del norte y un quebranto grande. (Jeremías 6, 1)

  • Porque desde el más chiquito de ellos hasta el más grande, todos andan buscando su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. (Jeremías 6, 13)

  • Así que yo daré sus mujeres a otros, sus campos a nuevos amos, porque del más chiquito al más grande todos andan buscando su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. (Jeremías 8, 10)

  • Sí, una lamentación se deja oír desde Sión: «¡Ay, que somos saqueados!, ¡qué vergüenza tan grande, que se nos hace dejar nuestra tierra, han derruido nuestros hogares!» (Jeremías 9, 18)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina