Löydetty 2358 Tulokset: vida después de la muerte

  • Entonces se le dio a cada uno una vestidura blanca y se les dijo que esperaran todavía un poco, hasta que se completara el número de sus compañeros de servicio y de sus hermanos, que iban a sufrir la misma muerte. (Apocalipsis 6, 11)

  • Después de esto, vi a cuatro Ángeles que estaban de pie en los cuatro puntos cardinales y sujetaban a los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre los árboles. (Apocalipsis 7, 1)

  • Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con voz potente: (Apocalipsis 7, 9)

  • Después el Ángel tomó el incensario, lo llenó con el fuego del altar y lo arrojósobre la tierra. Y hubo truenos, gritos, relámpagos y un temblor de tierra. (Apocalipsis 8, 5)

  • Y después vi y oí a un águila que volaba en el cielo y decía con voz potente: «¡Ay de los habitantes de la tierra, cuando resuenen las trompetas que ya se disponen a tocar los otros tres Ángeles!». (Apocalipsis 8, 13)

  • En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán; querrán morir, pero la muerte huirá de ellos. (Apocalipsis 9, 6)

  • Después recibí una vara para medir, semejante a un bastón, mientras me decían: «Levántate y mide el Templo de Dios, el altar y a los adoradores que encuentres allí. (Apocalipsis 11, 1)

  • Pero después de estos tres días y medio, un soplo de vida de Diosentró en ellos y los hizo poner de pie, y un gran temor se apoderó de los espectadores. (Apocalipsis 11, 11)

  • En ese momento se produjo un violento temblor de tierra que derrumbó la décima parte de la Ciudad, y el terremoto ocasionó la muerte de siete mil personas: los sobrevivientes quedaron atemorizados y alabaron al Dios del cielo. (Apocalipsis 11, 13)

  • Ellos mismos lo han vencido, gracias a la sangre del Cordero y al testimonio que dieron de él, porque despreciaron su vida hasta la muerte. (Apocalipsis 12, 11)

  • Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal ya estaba cicatrizada. Toda la tierra, maravillada, siguió a la Bestia, (Apocalipsis 13, 3)

  • Y la adoraron todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no figuran, desde la creación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero que ha sido inmolado. (Apocalipsis 13, 8)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina