Löydetty 2358 Tulokset: vida después de la muerte

  • Él dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. (Hebreos 5, 7)

  • Por eso, dejando a un lado la enseñanza elemental sobre Cristo, vayamos a lo más perfecto, sin volver otra vez sobre las verdades fundamentales, como el arrepentimiento por las obras que llevan a la muerte y la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)

  • De él no se menciona ni padre ni madre ni antecesores, ni comienzo ni fin de su vida: así, a semejanza del Hijo de Dios, él es sacerdote para siempre. (Hebreos 7, 3)

  • se constituye, no según la disposición de una ley meramente humana, sino según el poder de una vida indestructible. (Hebreos 7, 16)

  • Los otros sacerdotes tuvieron que ser muchos, porque la muerte les impedía permanecer; (Hebreos 7, 23)

  • Él no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Y esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de aquellos días-dice el Señor-: Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. (Hebreos 8, 10)

  • ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! (Hebreos 9, 14)

  • mientras este vive, el testamento no vale, y sólo a su muerte entra en vigor. (Hebreos 9, 17)

  • Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio, (Hebreos 9, 27)

  • así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan. (Hebreos 9, 28)

  • Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, (Hebreos 10, 12)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina