Löydetty 34 Tulokset: verlos

  • "No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán". (Lucas 16, 30)

  • Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Y en el camino quedaron purificados. (Lucas 17, 14)

  • Allí encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos, (Hechos 18, 2)

  • Los hermanos de esta ciudad, informados de nuestra llegada, nos salieron al encuentro y nos alcanzaron a la altura del «Foro de Apio» y en las «Tres Tabernas». Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y se sintió reconfortado. (Hechos 28, 15)

  • Por eso he querido verlos y hablarles, ya que a causa de la esperanza de Israel llevo estas cadenas». (Hechos 28, 20)

  • Porque tengo un gran deseo de verlos, a fin de comunicarles algún don del Espíritu que los fortalezca, (Romanos 1, 11)

  • Por eso en todo este tiempo no he podido ir a verlos. (Romanos 15, 22)

  • espero verlos de paso cuando vaya a España, y que me ayuden a proseguir mi viaje a ese país, una vez que haya disfrutado, aunque sea un poco, de la compañía de ustedes. (Romanos 15, 24)

  • Así tendré la alegría de ir a verlos, y si Dios quiere, podré descansar un poco entre ustedes. (Romanos 15, 32)

  • Pero pronto iré a verlos -si así lo quiere el Señor- y entonces los juzgaré, no por sus palabras, sino por el poder que tienen. (I Corintios 4, 19)

  • ¿Qué prefieren? ¿Que vaya a verlos con la vara en la mano, o con amor y espíritu de mansedumbre? (I Corintios 4, 21)

  • Supongamos, hermanos, que yo fuera a verlos y les hablara en esa forma, ¿de qué les serviría si mi palabra no les aportara ni revelación, ni ciencia, ni profecía, ni enseñanza? (I Corintios 14, 6)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina