Löydetty 55 Tulokset: tuvieron

  • Iájat era el jefe y Zizá el segundo; Ieús y Beriá no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron registrados en el censo como una sola familia. (I Crónicas 23, 11)

  • A su hijo Semaías le nacieron hijos, que tuvieron autoridad sobre sus familias, porque eran hombres muy valientes. (I Crónicas 26, 6)

  • Después bajaron a Egipto, porque el hambre azotaba el país de Canaán, y permanecieron allí mientras tuvieron qué comer. En Egipto se multiplicaron de tal manera, que su descendencia se hizo innumerable. (Judit 5, 10)

  • Pero muy pronto se olvidaron de sus obras, no tuvieron en cuenta su designio; (Salmos 106, 13)

  • En el campamento tuvieron celos de Moisés, y de Aarón, el consagrado al Señor; (Salmos 106, 16)

  • Sin embargo, muchos israelitas se mantuvieron firmes y tuvieron el valor de no comer alimentos impuros; (I Macabeos 1, 62)

  • Así formaron una fuerza armada que comenzó a descargar su ira contra los pecadores y su furor contra los impíos. Los demás tuvieron que salvarse, huyendo a las naciones extranjeras. (I Macabeos 2, 44)

  • Tuvieron la feliz idea de demolerlo para que no fuera un motivo de oprobio, ya que los paganos lo habían contaminado. Lo demolieron, (I Macabeos 4, 45)

  • Pero esto mismo los puso en grave aprieto, porque después tuvieron como enemigos y opresores a aquellos mismos cuya conducta emulaban y a los cuales querían imitar en todo. (II Macabeos 4, 16)

  • También se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos, y después de haberlos perseguido bastante tiempo, tuvieron que regresar, apremiados por la hora: (II Macabeos 8, 25)

  • Por haberse apartado del camino de la Sabiduría, no sólo tuvieron la desgracia de no conocer el bien, sino que, además, dejaron a los vivientes un momento de su locura, para que sus faltas no quedaran ocultas. (Sabiduría 10, 8)

  • ya que tuvieron por dioses a todos los ídolos de las naciones, que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de los oídos para oír, ni de los dedos de las manos para tocar, y cuyos pies no sirven para caminar. (Sabiduría 15, 15)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina