Löydetty 425 Tulokset: sur

  • no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección. (Hechos 10, 41)

  • De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús. (Hechos 13, 23)

  • Incluso, algunos filósofos epicúreos y estoicos dialogaban con él. Algunos comentaban: «¿Qué estará diciendo este charlatán?», y otros: «Parece ser un predicador de divinidades extranjeras», porque Pablo anunciaba a Jesús y la resurrección. (Hechos 17, 18)

  • Al oír las palabras «resurrección de los muertos», unos se burlaban y otros decían: «Otro día te oiremos hablar sobre esto». (Hechos 17, 32)

  • Siendo esta una verdad innegable, deben quedarse tranquilos y no actuar apresuradamente. (Hechos 19, 36)

  • Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas. (Hechos 20, 30)

  • Pablo, sabiendo que había dos partidos, el de los saduceos y el de los fariseos, exclamó en medio del Sanedrín: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y ahora me están juzgando a causa de nuestra esperanza en la resurrección de los muertos». (Hechos 23, 6)

  • Apenas pronunció estas palabras, surgió una disputa entre fariseos y saduceos, y la asamblea se dividió. (Hechos 23, 7)

  • Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de los ángeles y de los espíritus; los fariseos, por el contrario, admiten una y otra cosa. (Hechos 23, 8)

  • y tengo la misma esperanza en Dios que ellos tienen: la esperanza de que habrá una resurrección de justos y pecadores. (Hechos 24, 15)

  • A no ser que se trate de lo único que dije, puesto de pie en medio de ellos: "Hoy ustedes me juzgan a causa de la resurrección de los muertos"». (Hechos 24, 21)

  • Porque me parece absurdo enviar a un prisionero, sin indicar al mismo tiempo los cargos que se le imputan». (Hechos 25, 27)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina