Löydetty 556 Tulokset: siempre
Al contrario, siempre nos comportamos como corresponde a ministros de Dios, con una gran constancia: en las tribulaciones, en las adversidades, en las angustias, (II Corintios 6, 4)
como tristes, aunque estamos siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como gente que no tiene nada, aunque lo poseemos todo. (II Corintios 6, 10)
Yo siempre les hablo con toda franqueza y tengo sobrados motivos para gloriarme de ustedes. Esto me llena de consuelo y me da una inmensa alegría en medio de todas las tribulaciones. (II Corintios 7, 4)
Y si delante de él me glorié un poco de ustedes, no me avergüenzo de ello. Todo lo contrario, de la misma manera que siempre les he dicho la verdad, también en esta ocasión se comprobó que era legítimo el orgullo que sentí por ustedes delante de Tito. (II Corintios 7, 14)
Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. (II Corintios 9, 8)
Nosotros no nos gloriamos más allá de lo que corresponde, aprovechándonos de los trabajos ajenos. Al contrario, abrigamos la esperanza de que, al crecer la fe de ustedes, se amplíe nuestro campo de acción, siempre de acuerdo con nuestra norma de conducta. (II Corintios 10, 15)
Y cuando estaba entre ustedes, aunque me encontré necesitado, no fui gravoso para nadie, porque los hermanos que habían venido de Macedonia me proveyeron de lo que necesitaba. Siempre evité serles una carga, y así lo haré siempre. (II Corintios 11, 9)
a quien sea la gloria para siempre. Amén. (Gálatas 1, 5)
Solamente nos recomendaron que nos acordáramos de los pobres, lo que siempre he tratado de hacer. (Gálatas 2, 10)
Está bien interesarse por los demás, con tal que ese interés sea verdadero y para siempre, y no sólo cuando yo estoy entre ustedes. (Gálatas 4, 18)
doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones. (Efesios 1, 16)
y de hacer brillar a los ojos de todos la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas, (Efesios 3, 9)
