Löydetty 97 Tulokset: salvo

  • Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, porque él salvó a su pueblo del poder de los egipcios, a causa de la arrogancia con que estos lo trataron". (Exodo 18, 11)

  • Ni uno solo entrará en la tierra donde juré establecerlos, salvo Caleb hijo de Iefuné y Josué hijo de Nun. (Números 14, 30)

  • Por ejemplo, si un hombre va a cortar leña al bosque en compañía de otro, y al empuñar el hacha para cortar un árbol, el hierro se suelta del mango y golpea a su acompañante, provocándole la muerte, el homicida irá a refugiarse en una de esas ciudades y así pondrá a salvo su vida. (Deuteronomio 19, 5)

  • todo el ejército regresó sano y salvo al campamento de Josué, en Maquedá. Nadie había podido causar el menor daño a los israelitas. (Josué 10, 21)

  • Mientras ellos esperaban ansiosamente, Ehúd había logrado escapar: después de pasar por el lugar llamado los Ídolos, se había puesto a salvo en Seirá. (Jueces 3, 26)

  • Después de él vino Samgar, hijo de Anat, que derrotó a seiscientos filisteos con una picana de bueyes. Él también salvó a Israel. (Jueces 3, 31)

  • Entonces el Señor dijo a Gedeón: "La gente que te acompaña es demasiado numerosa para que yo ponga a Madián en sus manos. No quiero que Israel se gloríe a expensas mías, diciendo: ‘Es mi mano la que me salvó’. (Jueces 7, 2)

  • Después Jotám huyó para ponerse a salvo, y se estableció en Beer, lejos de su hermano Abimélec. (Jueces 9, 21)

  • David preguntó a los hombres que estaban con él: "¿Qué le harán al hombre que derrote a ese filisteo y ponga a salvo el honor de Israel? Porque ¿quién es ese filisteo incircunciso para desafiar a las huestes del Dios viviente?". (I Samuel 17, 26)

  • Saúl trató de clavarlo contra la pared con la lanza. Pero David esquivó el golpe de Saúl, y la lanza se clavó en la pared. En seguida David huyó y se puso a salvo. Aquella misma noche, (I Samuel 19, 10)

  • Mical ayudó a David a bajar por la ventana, y él huyó para ponerse a salvo. (I Samuel 19, 12)

  • Una vez que huyó y se puso a salvo, David se presentó a Samuel en Ramá y le contó todo lo que le había hecho Saúl. Luego, él y Samuel fueron a alojarse en Naiot. (I Samuel 19, 18)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina