Löydetty 219 Tulokset: salir

  • Yo los recibiré a ustedes con un perfume de aroma agradable, cuando los haga salir de entre los pueblos y los reúna de entre los países donde estaban dispersos, y por medio de ustedes pondré de manifiesto mi santidad a los ojos de las naciones. (Ezequiel 20, 41)

  • Y al llegar a las naciones adonde habían ido, profanaron mi santo Nombre, haciendo que se dijera de ellos: "Son el pueblo del Señor, pero han tenido que salir de su país". (Ezequiel 36, 20)

  • Por eso, profetiza diciéndoles: Así habla el Señor: Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel. (Ezequiel 37, 12)

  • Y cuando abra sus tumbas y los haga salir de ellas, ustedes, mi pueblo, sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 37, 13)

  • Yo te haré volver, te pondré garfios en las mandíbulas y te haré salir con todo tu ejército: caballos y jinetes, todos ellos perfectamente equipados, una multitud inmensa, todos con escudos y broqueles, y armados cada uno con su espada. (Ezequiel 38, 4)

  • El hombre me hizo salir hacia el atrio exterior, en dirección al norte, y me llevó hasta las habitaciones que estaban frente al patio y frente a la construcción, hacia el norte. (Ezequiel 42, 1)

  • Cuando el hombre terminó de medir el interior de la Casa, me hizo salir hacia la puerta que daba al oriente, y midió todo el contorno. (Ezequiel 42, 15)

  • Luego me hizo salir al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio: había un patio en cada ángulo del atrio. (Ezequiel 46, 21)

  • Entonces me dijo: "Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas. (Ezequiel 47, 8)

  • Y ahora, Señor, Dios nuestro, que hiciste salir a tu pueblo del país de Egipto con mano poderosa, y así te ganaste un renombre que perdura hasta el día de hoy, nosotros hemos pecado y hemos hecho el mal. (Daniel 9, 15)

  • Si te niegas, daremos testimonio contra ti, diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías hecho salir a tus servidoras". (Daniel 13, 21)

  • Los ancianos dijeron: "Mientras nos paseábamos solos por el jardín, esta mujer entró allí con dos servidoras; cerró la puerta y después hizo salir a las servidoras. (Daniel 13, 36)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina