Löydetty 164 Tulokset: sacerdocio real

  • Iojanán fue padre de Azarías, el cual ejerció el sacerdocio en el Templo que Salomón edificó en Jerusalén; (I Crónicas 5, 36)

  • David dijo entonces a Ornán: "Cédeme el terreno de la era para edificar en él un altar al Señor; entrégamelo por su valor real, y así cesará la plaga que azota a mi pueblo". (I Crónicas 21, 22)

  • Pero el rey David dijo a Ornán: "¡De ninguna manera! La compraré por su precio real en plata, porque no voy a tomar para el Señor lo que te pertenece, ni voy a ofrecer un holocausto que no cuesta nada". (I Crónicas 21, 24)

  • Él edificará una Casa para mi Nombre; él será para mí un hijo y yo seré para él un padre, y afianzaré su trono real sobre Israel para siempre’. (I Crónicas 22, 10)

  • Los sucesores de Ajitófel fueron Iehoiadá, hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el jefe del ejército real. (I Crónicas 27, 34)

  • Salomón decidió construir una Casa para el nombre del Señor y un palacio real para sí mismo. (II Crónicas 1, 18)

  • Y agregaba: "¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel! Él hizo el cielo y la tierra, y dio al rey David un hijo sabio, prudente e inteligente que construirá una Casa para el Señor y un palacio real para sí mismo. (II Crónicas 2, 11)

  • entonces yo mantendré tu trono real, como se lo aseguré a tu padre David, cuando dije: ‘Nunca te faltará un descendiente que gobierne Israel’. (II Crónicas 7, 18)

  • En efecto, los levitas abandonaron sus campos de pastoreo y sus posesiones y se fueron a Judá y a Jerusalén, porque Jeroboám y sus hijos les impedían ejercer el sacerdocio del Señor, (II Crónicas 11, 14)

  • que atacaron a Judá, la invadieron y se apoderaron de todos los tesoros que había en el palacio real, y también de sus hijos y de sus mujeres; solamente le quedó Ocozías, que era el menor de sus hijos. (II Crónicas 21, 17)

  • Atalía, la madre de Ocozías, al ver que había muerto su hijo, comenzó a exterminar todo el linaje real de la tribu de Judá. (II Crónicas 22, 10)

  • Después reunió a los centuriones, a los dignatarios, a las autoridades del pueblo y a toda la gente del país; hizo descender de la Casa del Señor al rey, y entraron en la casa del rey por la puerta Alta. Allí hicieron sentar al rey en el trono real. (II Crónicas 23, 20)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina