Löydetty 102 Tulokset: pueden

  • Sirvieron en mesas separadas a José, a sus hermanos, y a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos: es una abominación para ellos. (Génesis 43, 32)

  • Entonces el Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: "Pueden ir a ofrecer sacrificios a su Dios, pero que sea dentro del país". (Exodo 8, 21)

  • Moisés y Aarón fueron conducidos nuevamente a la presencia del Faraón, y este les anunció: "Pueden ir a rendir culto al Señor. Pero antes especifiquen quiénes son los que van a ir". (Exodo 10, 8)

  • Porque cualquiera que coma la grasa de los animales que pueden ser ofrecidos en sacrificio al Señor, será excluido de su pueblo. (Levítico 7, 25)

  • Pero podrán comer, entre los animales de esta clase, todos aquellos que tienen más largas las patas de atrás, y por eso pueden saltar sobre el suelo, (Levítico 11, 21)

  • Si muere un animal que ustedes pueden comer, el que toque el cadáver será impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 39)

  • Así se establecerá una distinción entre lo puro y lo impuro, y entre los seres vivientes que está permitido comer y los que no pueden ser comidos. (Levítico 11, 47)

  • Si alguien entrega un animal de los que pueden ser presentados al Señor como ofrenda, el animal ofrecido será una cosa sagrada. (Levítico 27, 9)

  • Pero si no proceden de esa manera, habrán pecado contra el Señor, y pueden estar seguros de que su pecado los condenará. (Números 32, 23)

  • Esto es lo que el Señor ha ordenado respecto de las hijas de Selofjad: Ellas pueden casarse con quien les parezca mejor, con tal que lo hagan dentro de un clan perteneciente a la tribu de su padre. (Números 36, 6)

  • Se fueron al caer la noche, cuando estaban por cerrarse las puertas de la ciudad, y no sé adónde habrán ido. Salgan en seguida detrás de ellos, porque todavía pueden alcanzarlos". (Josué 2, 5)

  • No se aparten siguiendo a dioses falsos, que ni ayudan ni pueden librar, porque no son nada. (I Samuel 12, 21)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina