Löydetty 5756 Tulokset: preparación para la guerra
Yo le he dado tiempo suficiente para arrepentirse, pero ella no quiere dejar de fornicar. (Apocalipsis 2, 21)
Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 3, 10)
Yo volveré pronto: conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona. (Apocalipsis 3, 11)
Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista. (Apocalipsis 3, 18)
los veinticuatro Ancianos se postraban ante él para adorarlo, y ponían sus coronas delante del trono, diciendo: (Apocalipsis 4, 10)
y cantaban un canto nuevo, diciendo: «Tú eres digno de tomar el libro y de romper los sellos, porque has sido inmolado, y por medio de tu Sangre, has rescatado para Dios a hombres de todas las familias, lenguas, pueblos y naciones. (Apocalipsis 5, 9)
Tú has hecho de ellos un Reino sacerdotal para nuestro Dios, y ellos reinarán sobre la tierra». (Apocalipsis 5, 10)
Y vi aparecer un caballo blanco. Su jinete tenía un arco, recibió una corona y salió triunfante, para seguir venciendo. (Apocalipsis 6, 2)
Y vi aparecer otro caballo, rojo como el fuego. Su jinete recibió el poder de desterrar la paz de la tierra, para que los hombres se mataran entre sí; y se le dio una gran espada. (Apocalipsis 6, 4)
Y vi aparecer un caballo amarillo. Su jinete se llamaba «Muerte», y el Abismo de la muerte lo seguía. Y recibió poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar por medio de la espada, del hambre, de la peste y de las fieras salvajes. (Apocalipsis 6, 8)
Después de esto, vi a cuatro Ángeles que estaban de pie en los cuatro puntos cardinales y sujetaban a los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre los árboles. (Apocalipsis 7, 1)
diciendo: «¡Amén! ¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!». (Apocalipsis 7, 12)