Löydetty 49 Tulokset: pacto de Beerseba

  • No harás ningún pacto con ellos ni con sus dioses. (Exodo 23, 32)

  • No hagas ningún pacto con los habitantes del país donde vas a entrar, porque ellos serían una trampa para ti. (Exodo 34, 12)

  • No hagas ningún pacto con los habitantes de aquel país, no sea que cuando ellos se prostituyan con sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten también a ti y tengas que comer de las víctimas sacrificadas. (Exodo 34, 15)

  • El Señor, tu Dios, los pondrá en tus manos, y tú los derrotarás. Entonces los consagrarás al exterminio total: no hagas con ellos ningún pacto, ni les tengas compasión. (Deuteronomio 7, 2)

  • Josué hizo las paces con ellos y también el pacto de conservarles la vida; los jefes de la comunidad, por su parte, les hicieron un juramento. (Josué 9, 15)

  • Pero tres días después de haber concluido este pacto, los israelitas se enteraron de que aquellos hombres eran de un pueblo vecino y que vivían en las inmediaciones. (Josué 9, 16)

  • Y Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo. (I Samuel 18, 3)

  • Sé leal con tu servidor, ya que le has hecho contraer contigo un pacto en nombre del Señor. Si en algo he faltado, mátame tú mismo. ¿Para qué me harás comparecer ante tu padre?". (I Samuel 20, 8)

  • Y Jonatán concluyó un pacto con la casa de David, en estos términos: "Que el Señor pida cuenta de esto a los enemigos de David". (I Samuel 20, 16)

  • Los dos hicieron un pacto delante del Señor, y David se quedó en Jorsa, mientras que Jonatán se fue a su casa. (I Samuel 23, 18)

  • Entonces Abner envió unos mensajeros, para que dijeran a David en nombre suyo: "¿De quién va a ser el país?". Y también: "Sella conmigo un pacto, y yo cooperaré contigo para que todo Israel se ponga de tu parte". (II Samuel 3, 12)

  • David respondió: "Está bien, haré un pacto contigo. Pero sólo te pido una cosa: no te presentarás ante mí, si no me traes a Mical, la hija de Saúl, cuando vengas a verme". (II Samuel 3, 13)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina