Löydetty 36 Tulokset: novillos
Al día siguiente ofrecieron sacrificios y holocaustos al Señor: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones, y un gran número de sacrificios por todo Israel. (I Crónicas 29, 21)
Porque Ezequías, rey de Judá, había reservado para la asamblea mil terneros y siete mil cabras y ovejas, mientras que los jefes habían aportado mil novillos y diez mil ovejas, y ya se habían purificado muchos sacerdotes. (II Crónicas 30, 24)
También se les entregará sin falta, cada día, lo necesario para los holocaustos del Dios del Cielo -novillos, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite- según las indicaciones de los sacerdotes de Jerusalén, (Esdras 6, 9)
Para su Dedicación, ofrecieron cien novillos, doscientos carneros y cuatrocientos corderos. Además, ofrecieron doce chivos, según el número de las tribus de Israel, como sacrificio por el pecado de todo el pueblo. (Esdras 6, 17)
Con este dinero, comprarás novillos, carneros, corderos, como así también lo necesario para las oblaciones y libaciones correspondientes, y ofrecerás todo esto sobre el altar de la Casa de tu Dios que está en Jerusalén. (Esdras 7, 17)
los deportados que habían vuelto del exilio ofrecieron como holocausto al Dios de Israel doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce chivos por el pecado: todo, en holocausto al Señor. (Esdras 8, 35)
Me rodea una manada de novillos, me acorralan toros de Basán; (Salmos 22, 13)
Pero yo no necesito los novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales. (Salmos 50, 9)
Entonces aceptarás los sacrificios rituales -las oblaciones y los holocaustos- y se ofrecerán novillos en tu altar. (Salmos 51, 21)
¿Cómo se hará sabio el que maneja el arado y se enorgullece de empuñar la picana, el que guía los bueyes, trabaja con ellos, y no sabe hablar más que de novillos? (Eclesiástico 38, 25)
Caen los búfalos con los terneros cebados, los novillos con los toros: su tierra se abreva con sangre, su suelo se impregna de grasa. (Isaías 34, 7)
Efectivamente, cuando Moisés promulgó delante de todo el pueblo cada uno de los mandamientos escritos en la Ley, tomó la sangre de novillos y chivos -junto con el agua, la lana escarlata y el hisopo- y roció el Libro y también a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)