Löydetty 803 Tulokset: nosotros
mientras nosotros, todos los que estamos equipados para la guerra, cruzaremos para combatir a las órdenes del Señor, como él lo ha mandado". (Números 32, 27)
Los rubenitas y los gaditas respondieron: "Nosotros haremos todo lo que el Señor ha dicho respecto de tus servidores. (Números 32, 31)
Pero ustedes se acercaron a mí para decirme: "Enviemos delante de nosotros algunos hombres para que exploren la región y nos informen sobre el camino que debemos tomar y sobre las ciudades a las que debemos entrar". (Deuteronomio 1, 22)
¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: ‘Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas’". (Deuteronomio 1, 28)
Desde Aroer, en la ribera del Arnón -incluyendo la ciudad que está en el valle- hasta Galaad, no hubo para nosotros ninguna ciudad inexpugnable: el Señor, nuestro Dios, nos entregó todo. (Deuteronomio 2, 36)
¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? (Deuteronomio 4, 7)
El Señor, nuestro Dios, hizo una alianza con nosotros en el Horeb. (Deuteronomio 5, 2)
No la hizo con nuestros padres, sino con nosotros, los que hoy estamos aquí, todos con vida. (Deuteronomio 5, 3)
¿Hay acaso algún hombre que pudo sobrevivir después de haber oído la voz del Dios viviente que le hablaba desde el fuego, como la hemos oído nosotros? (Deuteronomio 5, 26)
Por eso, acércate y escucha lo que dice el Señor, nuestro Dios, y luego repítenos todo lo que él te diga. Nosotros lo escucharemos y lo pondremos en práctica". (Deuteronomio 5, 27)
tu deberás responderle: "Nosotros fuimos esclavos del Faraón en Egipto, pero el Señor nos hizo salir de allí con mano poderosa. (Deuteronomio 6, 21)
Al llegar a este lugar, Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, nos salieron al encuentro para combatir, pero nosotros los derrotamos. (Deuteronomio 29, 6)