Löydetty 268 Tulokset: lluvia de piedras

  • yo enviaré lluvia a la tierra en el momento oportuno -lluvia de otoño y de primavera- y podrás recoger tu trigo, tu vino nuevo y tu aceite. (Deuteronomio 11, 14)

  • Porque entonces la ira del Señor arderá contra ustedes: él cerrará el cielo y ya no habrá más lluvia; el suelo dejará de dar sus frutos, y ustedes no tardarán en desaparecer de esta tierra fértil que les da el Señor. (Deuteronomio 11, 17)

  • Derriben sus altares, rompan sus piedras conmemorativas, prendan fuego a sus postes sagrados, destruyan las imágenes de sus ídolos y borren hasta sus nombres de aquel lugar. (Deuteronomio 12, 3)

  • Tampoco erigirás piedras conmemorativas, porque el Señor, tu Dios, las detesta. (Deuteronomio 16, 22)

  • El día en que crucen el Jordán para ir a la tierra que el Señor, tu Dios, te da, erigirás unas piedras, bien grandes, las blanquearás con cal, (Deuteronomio 27, 2)

  • Después de cruzar el Jordán, pondrán esas piedras en el monte Ebal, según instrucciones que hoy les doy, y las blanquearán con cal. (Deuteronomio 27, 4)

  • Allí erigirás también un altar de piedra en honor del Señor, tu Dios. No usarás ningún instrumento de hierro para trabajar las piedras, (Deuteronomio 27, 5)

  • porque el altar del Señor deberá estar construido con piedras intactas. Ofrecerás en él holocaustos al Señor, tu Dios, (Deuteronomio 27, 6)

  • y escribirás en las piedras, con rasgos bien claros, todas las palabras de esta Ley. (Deuteronomio 27, 8)

  • Él te abrirá el cielo -su rico tesoro- para proveer de lluvia a tu tierra en el momento oportuno, y para bendecir todos tus trabajos. Serás acreedor de muchas naciones y deudor de ninguna. (Deuteronomio 28, 12)

  • En lugar de lluvia, el Señor enviará polvo a tu tierra, y sobre ti caerá arena desde el cielo, hasta que seas exterminado. (Deuteronomio 28, 24)

  • Que mi enseñanza descienda como lluvia y mi palabra caiga como rocío, como aguacero sobre la hierba, como chaparrones sobre el pasto. (Deuteronomio 32, 2)


“A meditação não é um meio para chegar a Deus, mas um fim. A finalidade da meditação é o amor a Deus e ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina