Löydetty 271 Tulokset: herencia

  • Nosotros somos de lo más pacífico y leal en Israel. ¡Y tú pretendes destruir una ciudad que es madre en Israel! ¿Por qué quieres aniquilar la herencia del Señor?". (II Samuel 20, 19)

  • David preguntó a los gabaonitas: "¿Qué puedo hacer por ustedes y con qué podré expiar, para que ustedes bendigan la herencia del Señor?". (II Samuel 21, 3)

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tus servidores y de tu pueblo Israel, mostrándoles el buen camino que deben seguir, y envía lluvia a la tierra que diste en herencia a tu pueblo. (I Reyes 8, 36)

  • porque son tu pueblo y tu herencia, la que tú hiciste salir de Egipto, del horno de fuego. (I Reyes 8, 51)

  • porque tú los separaste para ti de entre todos los pueblos, a fin de que fueran tu herencia, como lo dijiste tú mismo, Señor, por medio de tu servidor Moisés, cuando hiciste salir de Egipto a nuestros padres". (I Reyes 8, 53)

  • Y cuando todo Israel vio que el rey no los había escuchado, el pueblo le respondió: "¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia común con el hijo de Jesé! ¡A tus carpas, Israel! ¡Ahora, ocúpate de tu casa, David!". Israel se fue a sus campamentos, (I Reyes 12, 16)

  • Pero Nabot respondió a Ajab: "¡El Señor me libre de cederte la herencia de mis padres!". (I Reyes 21, 3)

  • Ajab se fue a su casa malhumorado y muy irritado por lo que le había dicho Nabot, el izreelita: "No te daré la herencia de mis padres". Se tiró en su lecho, dio vuelta la cara y no quiso probar bocado. (I Reyes 21, 4)

  • Rechazaré al resto de mi herencia, los entregaré en manos de sus enemigos, y serán el botín y la presa de todos sus enemigos, (II Reyes 21, 14)

  • Y ahora, a la vista de todo Israel, que es la asamblea del Señor, y delante de nuestro Dios que nos escucha, yo les digo: ‘Cumplan y observen todos los mandamientos del Señor, nuestro Dios, para que puedan poseer esta hermosa tierra y puedan dejarla como herencia a sus hijos después de ustedes para siempre’. (I Crónicas 28, 8)

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tus servidores y de tu pueblo Israel, mostrándoles el buen camino que deben seguir, y envía lluvia a la tierra que diste en herencia a tu pueblo. (II Crónicas 6, 27)

  • Y cuando todo Israel vio que el rey no los había escuchado, el pueblo respondió: "¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia común con el hijo de Jesé! ¡A tus carpas, Israel! ¡Ahora, ocúpate de tu casa, David!". Todo Israel se fue a sus campamentos, (II Crónicas 10, 16)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina