Löydetty 529 Tulokset: hecho

  • Pero Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, había tomado a Isbaal, hijo de Saúl, y lo había hecho cruzar a Majanaim, (II Samuel 2, 8)

  • Entonces Joab se presentó al rey y le dijo: "¿Qué has hecho? Ahora que Abner ha venido a verte, ¿por qué lo has dejado irse tranquilamente? (II Samuel 3, 24)

  • A pesar de mi unción real, hoy yo me siento desvalido, mientras que estos, los hijos de Seruiá, son más duros que yo. ¡Que el Señor le dé su merecido al que ha hecho el mal!". (II Samuel 3, 39)

  • Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: "¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí? (II Samuel 7, 18)

  • Y como esto te pareció demasiado poco, también le has hecho una promesa a la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¿Es esto lo que haces habitualmente con los hombres, Señor? (II Samuel 7, 19)

  • A causa de tu palabra y conforme a tu designio, tú has hecho esta gran obra, dándosela a conocer a tu servidor. (II Samuel 7, 21)

  • le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y bronce, (II Samuel 8, 10)

  • y el rey David consagró también esos objetos, como lo había hecho con la plata y el oro provenientes de todas las naciones que había sometido: (II Samuel 8, 11)

  • Cuando dejó de estar de luto, David mandó a buscarla y la recibió en su casa. Ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que había hecho David desagradó al Señor. (II Samuel 11, 27)

  • David se enfureció contra aquel hombre y dijo a Natán: "¡Por la vida del Señor, el hombre que ha hecho eso merece la muerte! (II Samuel 12, 5)

  • ¿Por qué entonces has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que es malo a sus ojos? ¡Tú has matado al filo de la espada a Urías, el hitita! Has tomado por esposa a su mujer, y a él lo has hecho morir bajo la espada de los amonitas. (II Samuel 12, 9)

  • Ella le respondió: "No, hermano; echarme ahora sería una maldad peor que la otra que has hecho conmigo". Pero él no quiso hacerle caso; (II Samuel 13, 16)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina