Löydetty 572 Tulokset: están
Luego añadió: "Tú conoces a tu padre y a sus hombres: ellos son valientes y están exasperados como una osa salvaje cuando le arrebatan sus cachorros. Además, tu padre es un hombre de guerra y no va a pasar la noche con la tropa. (II Samuel 17, 8)
Entonces, hasta el más valiente, aunque tenga el ánimo de un león, se sentirá acobardado, porque todo Israel sabe que tu padre es un héroe y que los hombres que están con él son valerosos. (II Samuel 17, 10)
Los servidores de Absalón entraron en la casa de esa mujer y preguntaron: "¿Dónde están Ajimáas y Jonatán?". La mujer les respondió: "Pasaron por aquí en dirección a las aguas". Ellos registraron, y al no encontrar nada, se volvieron a Jerusalén. (II Samuel 17, 20)
Arauná dijo a David: "Tómala, y que mi señor, el rey, ofrezca en sacrificio lo que mejor le parezca. Ahí están los bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos servirán de leña". (II Samuel 24, 22)
Porque hoy bajó a sacrificar una gran cantidad de bueyes, de terneros cebados y de corderos, e invitó a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Ebiatar. Ahora están comiendo y bebiendo delante de él, y lo han aclamado: ¡Viva el rey Adonías! (I Reyes 1, 25)
Pero, al cabo de tres años, dos esclavos de Semei huyeron al reino de Aquís, hijo de Maacá, rey de Gat. Alguien le avisó a Semei: "Mira que tus esclavos están en Gat". (I Reyes 2, 39)
el hijo de Guéber, en Ramot de Galaad; él tenía a su cargo los campamentos de Iaír, hijo de Manasés, que están en Galaad, y también el distrito de Argob, que está en Basán: sesenta grandes ciudades, amuralladas y con cerrojos de bronce; (I Reyes 4, 13)
¡Felices tus mujeres, felices también estos servidores tuyos, que están constantemente delante de ti, escuchando tu sabiduría! (I Reyes 10, 8)
porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)
"¿Por medio de quién?", preguntó Ajab. El profeta dijo: "Así habla el Señor: Por medio de los cuerpos de cadetes que están a las órdenes de los jefes de distritos". Ajab insistió: "¿Y quién librará la batalla?". "Tú", respondió él. (I Reyes 20, 14)
Los mensajeros regresaron, y el rey les preguntó: "¿Cómo es que están de vuelta?". (II Reyes 1, 5)
Corre a su encuentro y dile: ¿Cómo estás? ¿Cómo están tu marido y tu hijo?". Ella respondió: "Todos bien". (II Reyes 4, 26)