Löydetty 487 Tulokset: espíritu

  • No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, que los ha marcado con un sello para el día de la redención. (Efesios 4, 30)

  • No abusen del vinoque lleva al libertinaje; más bien, llénense del Espíritu Santo. (Efesios 5, 18)

  • Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor. (Efesios 6, 4)

  • Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. (Efesios 6, 17)

  • Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, (Efesios 6, 18)

  • Es verdad que algunos predican a Cristo llevados por la envidia y el espíritu de discordia, pero otros lo hacen con buena intención. (Filipenses 1, 15)

  • Aquellos, en cambio, anuncian a Cristo por espíritu de discordia, por motivos que no son puros, creyendo que así aumentan el peso de mis cadenas. (Filipenses 1, 17)

  • Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo. (Filipenses 1, 19)

  • Solamente les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo. De esa manera, sea que yo vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio, (Filipenses 1, 27)

  • Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, (Filipenses 2, 1)

  • Porque los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que ofrecemos un culto inspirado en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, en lugar de poner nuestra confianza en la carne, aunque yo también tengo motivos para poner mi confianza en ella. (Filipenses 3, 3)

  • y por él conocimos el amor que el Espíritu les inspira. (Colosenses 1, 8)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina