Löydetty 21 Tulokset: escondido

  • La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era muy hermoso, lo mantuvo escondido durante tres meses. (Exodo 2, 2)

  • Josué envío a dos emisarios, que fueron corriendo a la carpa, y encontraron el manto que estaba escondido en ella, y la plata debajo de él. (Josué 7, 22)

  • Entonces volvieron a consultar al Señor: "¿Ha venido aquí ese hombre?". El Señor respondió: "Está allí, escondido entre los equipajes". (I Samuel 10, 22)

  • En seguida se hicieron ver de la guarnición filistea, y los filisteos, al descubrirlos, exclamaron: "Miren, son unos hebreos que salen de las cuevas donde se habían escondido". (I Samuel 14, 11)

  • y lo mismo sucederá pasado mañana. Por eso, desciende bien abajo, al lugar donde estuviste escondido la otra vez, y quédate junto a aquel montón de piedras. (I Samuel 20, 19)

  • Unos hombres de Zif subieron a Guibeá, donde estaba Saúl, y le dijeron: "David está escondido entre nosotros, en los refugios de Jorsa, sobre la colina de Jaquilá, al sur de la estepa. (I Samuel 23, 19)

  • Unos hombres de Zif se presentaron a Saúl, en Guibeá, para decirle: "David está escondido en la colina de Jaquilá, frente a la estepa". (I Samuel 26, 1)

  • Seguro que ahora está escondido en una quebrada o en cualquier otra parte. Y si al comienzo caen algunos de los nuestros, el que se entere dirá: ‘Ha habido un desastre entre los secuaces de Absalón’. (II Samuel 17, 9)

  • Entonces cocinamos a mi hijo y lo comimos. Al día siguiente, yo le dije: Trae a tu hijo para que lo comamos. Pero ella lo había escondido". (II Reyes 6, 29)

  • Ornán, que estaba trillando el trigo, al darse vuelta, había visto al Ángel, y los cuatro hijos que estaban con él se habían escondido. (I Crónicas 21, 20)

  • Cuando los habitantes de Zif vinieron a decir a Saúl: "¿No se ha escondido David entre nosotros?". (Salmos 54, 2)

  • Cuando se divulgó lo sucedido y se comunicó al rey de los persas que en el sitio donde los sacerdotes deportados habían escondido el fuego, había aparecido un líquido con el que los sacerdotes de Nehemías hicieron arder las víctimas del sacrificio, (II Macabeos 1, 33)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina