Löydetty 2064 Tulokset: eli

  • El oro de esa región es excelente, y en ella hay también bedelio y lapislázuli. (Génesis 2, 12)

  • Por eso el Señor dijo: "Voy a eliminar de la superficie del suelo a los hombres que he creado -y junto con ellos a las bestias, los reptiles y los pájaros del cielo- porque me arrepiento de haberlos hecho". (Génesis 6, 7)

  • Porque dentro de siete días haré llover durante cuarenta días y cuarenta noches, y eliminaré de la superficie de la tierra a todos los seres que hice". (Génesis 7, 4)

  • Así fueron eliminados todos los seres que había en la tierra, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y los pájaros del cielo. Sólo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)

  • Los hijos de Javán fueron Elisá, Tarsis, los Quitím y los Rodaním. (Génesis 10, 4)

  • Entonces Lot eligió para sí toda la región baja del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro: (Génesis 13, 11)

  • "Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?". (Génesis 15, 2)

  • Tú, en cambio, irás en paz a reunirte con tus padres, y serás sepultado después de una vejez feliz. (Génesis 15, 15)

  • Entonces Abraham dijo a Dios: "Basta con que Ismael viva feliz bajo tu protección". (Génesis 17, 18)

  • Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. (Génesis 18, 7)

  • Como él no salía de su asombro, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y lo sacaron de la ciudad para ponerlo fuera de peligro, porque el Señor tuvo compasión de él. (Génesis 19, 16)

  • Y a Sara le dijo: "He dado mil monedas de plata a tu hermano. Esto eliminará toda sospecha contra ti en aquellos que están contigo, y tú quedarás enteramente rehabilitada". (Génesis 20, 16)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina