Löydetty 326 Tulokset: destrucción del templo

  • También repararon el Santuario y el interior del Templo, y consagraron los atrios. (I Macabeos 4, 48)

  • Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del Templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Quemaron incienso sobre el altar, y encendieron las lámparas del candelabro que comenzaron a brillar en el Templo. (I Macabeos 4, 50)

  • Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas. (I Macabeos 4, 57)

  • Él fue el primero en cruzar el río en dirección al enemigo, y toda su gente lo siguió. Todos los paganos quedaron derrotados ante ellos, arrojaron sus armas y corrieron a refugiarse en el templo de Carnain. (I Macabeos 5, 43)

  • Pero los judíos se apoderaron de la ciudad y quemaron el templo con todos los que había adentro. Carnain fue sometida y ya nadie pudo resistir a Judas. (I Macabeos 5, 44)

  • Ella tenía un templo muy rico, donde se guardaban armaduras de oro, corazas y armas dejadas allí por Alejandro, hijo de Filipo y rey de Macedonia, el primero que reinó sobre los griegos. (I Macabeos 6, 2)

  • Los sacerdotes entraron al Santuario, y de pie ante el altar y el Templo, exclamaron llorando: (I Macabeos 7, 36)

  • Doy como presente al Templo de Jerusalén la ciudad de Tolemaida y sus alrededores, para cubrir las expensas del Santuario. (I Macabeos 10, 39)

  • Toda la cantidad que los agentes del fisco han dejado de pagar, como se hacía en los años precedentes, será entregada desde ahora para las obras del Templo. (I Macabeos 10, 41)

  • Todos aquellos que por una deuda al Tesoro real o por cualquier otra causa se refugien en el Templo de Jerusalén o en alguna de sus dependencias, quedarán absueltos, ellos con las posesiones que tengan en mi reino. (I Macabeos 10, 43)

  • La caballería se desbandó por la llanura, y los fugitivos huyeron a Azoto y entraron en la Casa de Dagón, el templo de su ídolo, para ponerse a salvo. (I Macabeos 10, 83)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina