Löydetty 43 Tulokset: debo
Samuel dijo a Saúl: "¿Por qué me has perturbado, haciéndome subir?". "Es que estoy en un grave aprieto, respondió Saúl; los filisteos me hacen la guerra, y Dios se ha apartado de mí: ya no me responde, ni por medio de los profetas ni en sueños. Por eso te llamé para que me indiques lo que debo hacer". (I Samuel 28, 15)
y David interrogó al Señor, en estos términos: "¿Debo perseguir a esa banda? ¿La alcanzaré?". El Señor le respondió: "Persíguela. Seguro que la alcanzarás y librarás a los cautivos". (I Samuel 30, 8)
Después de esto, David consultó al Señor, diciendo: "¿Debo subir a una de las ciudades de Judá?". El Señor le respondió: "Sí, sube". David volvió a preguntar: "¿Adónde subiré?". "A Hebrón", le respondió el Señor. (II Samuel 2, 1)
Entonces David consultó al Señor, diciendo: "¿Debo subir contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?". El Señor respondió a David: "Sube, porque ciertamente pondré a los filisteos en tus manos". (II Samuel 5, 19)
Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: "¿Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huir tres meses ante la persecución de tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu territorio? Piensa y mira bien ahora lo que debo responder al que me envió". (II Samuel 24, 13)
El rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les preguntó: "¿Puedo ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debo desistir?". Ellos respondieron: "Sube, y el Señor la entregará en manos del rey". (I Reyes 22, 6)
David entonces consultó a Dios: "¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?". Y el Señor le respondió: "¡Sube, y yo los entregaré en tus manos!". (I Crónicas 14, 10)
o bien tres años de hambre; o bien tres meses de derrotas ante tus enemigos, bajo los golpes de espada de tus adversarios; o bien tres días en que la espada del Señor y la peste asolarán el país y el Ángel del Señor hará estragos en todo el territorio de Israel. Ahora mira bien qué debo responder al que me envió". (I Crónicas 21, 12)
El rey de Israel reunió a los profetas -unos cuatrocientos hombres- y les preguntó: "¿Podemos ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debo desistir?". Ellos respondieron: "Sube, y el Señor la entregará en manos del rey". (II Crónicas 18, 5)
Cuando se presentó al rey, este le dijo: "Miqueas, ¿podemos ir a combatir contra Ramot de Galaad, o debo desistir?". Él le respondió: "Sube y triunfarán; ellos serán entregados en manos de ustedes". (II Crónicas 18, 14)
no he manchado mi nombre ni el nombre de mi padre, en el país de mi destierro. Soy la única hija de mi padre; él no tiene otro hijo que sea su heredero, ni tiene hermanos ni pariente cercano a quien darme como esposa. Ya he perdido siete maridos, ¿por qué debo vivir todavía? Si no quieres hacerme morir, Señor, mírame y compadécete de mí, para que no tenga que oír más insultos". (Tobías 3, 15)
Debo cumplir, Dios mío, los votos que te hice: te ofreceré sacrificios de alabanza, (Salmos 56, 13)