Löydetty 31 Tulokset: déjame

  • Yo me quedaré parado junto a la fuente, y cuando salga una joven a buscar agua, le diré: Déjame beber un poco de agua de tu cántaro. (Génesis 24, 43)

  • Esaú dijo a Jacob: "Déjame comer un poco de esa comida rojiza, porque estoy extenuado". Fue por eso que se dio a Esaú el nombre de Edóm. (Génesis 25, 30)

  • "Entonces sírveme, continuó diciendo Isaac, y déjame comer lo que has cazado, para que pueda darte mi bendición". Jacob le acercó la comida, y su padre la comió; también le sirvió vino, y lo bebió. (Génesis 27, 25)

  • Después que Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: "Déjame volver a mi casa y a mi país. (Génesis 30, 25)

  • Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo". Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices". (Génesis 32, 27)

  • Por eso, déjame obrar: mi ira arderá contra ellos y los exterminaré. De ti, en cambio, suscitaré una gran nación". (Exodo 32, 10)

  • "Déjame pasar por tu país. No nos desviaremos hacia los campos o los viñedos, ni beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino principal, hasta que hayamos atravesado tu territorio". (Números 21, 22)

  • Y ahora que regreso a mi casa, déjame anunciarte lo que este pueblo hará con el tuyo en los días que vendrán". (Números 24, 14)

  • "Déjame pasar por tu país. Iré por el camino, sin desviarme ni a la derecha ni a la izquierda. (Deuteronomio 2, 27)

  • déjame ir a ver la hermosa tierra que está del otro lado del Jordán, esa hermosa montaña, y el Líbano". (Deuteronomio 3, 25)

  • Por eso, déjame que los destruya y que borre de la tierra hasta su nombre. De ti, en cambio, suscitaré una nación más numerosa y fuerte que ellos". (Deuteronomio 9, 14)

  • Entonces envió mensajeros para que dijeran al rey de Edóm: ‘Por favor, déjame pasar por tu país’. Pero el rey de Edóm no les hizo caso. También envió mensajeros al rey de Moab; pero tampoco este quiso acceder, y entonces Israel se quedó en Cades. (Jueces 11, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina