Löydetty 401 Tulokset: cosas

  • Que nadie los prive del premio, bajo pretexto de «humildad» y de un «culto de los ángeles». Esa gente tiene en cuenta solamente las cosas que ha visto y se vanagloria en el orgullo de su mentalidad carnal, (Colosenses 2, 18)

  • Todo esto se refiere a cosas destinadas a ser destruidas por su mismo uso y no son más que preceptos y doctrinas de hombres. (Colosenses 2, 22)

  • Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. (Colosenses 3, 2)

  • Estas cosas provocan la ira de Dios sobre los rebeldes. (Colosenses 3, 6)

  • Que nadie se atreva a perjudicar ni a dañar en esto a su hermano, porque el Señor hará justicia por todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y atestiguado. (I Tesalonicenses 4, 6)

  • ¿No recuerdan que cuando estuve con ustedes les decía estas cosas? (II Tesalonicenses 2, 5)

  • y prestara atención a mitos y genealogías interminables. Estas cosas no hacen más que provocar discusiones inútiles, en lugar de servir al designio de Dios fundado sobre la fe. (I Timoteo 1, 4)

  • Aunque espero ir a verte pronto, te escribo estas cosas (I Timoteo 3, 14)

  • Reflexiona sobre estas cosas y dedícate enteramente a ellas, para que todos vean tus progresos. (I Timoteo 4, 15)

  • Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: (I Timoteo 6, 13)

  • A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean orgullosos. Que no pongan su confianza en la inseguridad de las riquezas, sino en Dios, que nos provee de todas las cosas en abundancia a fin de que las disfrutemos. (I Timoteo 6, 17)

  • No dejes de enseñar estas cosas, ni de exhortar delante de Dios a que se eviten las discusiones inútiles, que sólo sirven para perdición de quienes las escuchan. (II Timoteo 2, 14)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina