Löydetty 237 Tulokset: comer

  • Si la hija de un sacerdote se casa con alguien que no es sacerdote, ella no podrá comer de las ofrendas sagradas. (Levítico 22, 12)

  • Pero si la hija de un sacerdote queda viuda o es repudiada y, no teniendo hijos, vuelve a la casa de su padre como en su juventud, podrá comer del pan de su padre. Ningún extraño comerá de él; (Levítico 22, 13)

  • o que carguen con un pecado que exige una reparación, por comer esos dones sagrados. Porque yo soy el Señor, que los santifico. (Levítico 22, 16)

  • Sin embargo, podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; (Levítico 25, 6)

  • y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos. (Levítico 25, 7)

  • porque es un jubileo, será sagrado para ustedes. Sólo podrán comer lo que el campo produzca por sí mismo. (Levítico 25, 12)

  • La turba de los advenedizos que se habían mezclado con el pueblo se dejó llevar de la gula, y los israelitas se sentaron a llorar a gritos, diciendo: "¡Si al menos tuviéramos carne para comer! (Números 11, 4)

  • ¿De dónde voy a sacar carne para dar de comer a todos los que están llorando a mi lado y me dicen: ‘Danos carne para comer’? (Números 11, 13)

  • También dirás al pueblo: Purifíquense para mañana y comerán carne. Ya que ustedes han llorado delante del Señor, diciendo: ‘¡Si al menos tuviéramos carne para comer! ¡Qué bien estábamos en Egipto!’, el Señor les dará de comer carne. (Números 11, 18)

  • Moisés dijo entonces: "El pueblo que me rodea está formado por seiscientos mil hombres de a pie, ¿y tú dices que le darás carne para comer un mes entero? (Números 11, 21)

  • Cómprenles con dinero el alimento que necesitan para comer, y páguenles también el agua que beban. (Deuteronomio 2, 6)

  • Véndeme las provisiones necesarias para comer, y dame también, a cambio de dinero, agua para beber. Te pido solamente que me dejes pasar, (Deuteronomio 2, 28)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina