Löydetty 206 Tulokset: bendición de isaac

  • Yo me acordaré de mi alianza con Jacob, con Isaac y con Abraham, y me acordaré de la tierra. (Levítico 26, 42)

  • ‘Ninguno de los hombres mayores de veinte años que salieron de Egipto verá la tierra que prometí con un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque ellos me han sido infieles. (Números 32, 11)

  • Yo pongo el país delante de ustedes: vayan a tomar posesión de la tierra que el Señor juró dar a sus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, y a sus descendientes después de ellos". (Deuteronomio 1, 8)

  • Cuando el Señor, tu Dios te introduzca en la tierra que él te dará, porque así lo juró a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob -en ciudades grandes y prósperas que tú no levantaste; (Deuteronomio 6, 10)

  • No son ni tu justicia ni la rectitud de tu corazón las que te harán tomar posesión de esa tierra. Todo lo contrario: es a causa de la maldad de esas naciones que el Señor las despoja ante ti, para cumplir la promesa que él juró a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob. (Deuteronomio 9, 5)

  • Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, y no tengas en cuenta la obstinación de este pueblo, ni su maldad, ni su pecado. (Deuteronomio 9, 27)

  • Yo pongo hoy delante de ustedes una bendición y una maldición. (Deuteronomio 11, 26)

  • Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor, su Dios, que hoy les impongo. (Deuteronomio 11, 27)

  • Y cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra de la que vas a tomar posesión, pondrás la bendición sobre el monte Garizín y la maldición sobre el monte Ebal. (Deuteronomio 11, 29)

  • Cada uno dará lo que pueda, conforme a la bendición que el Señor, tu Dios, te haya otorgado. (Deuteronomio 16, 17)

  • Pero el Señor, tu Dios, no quiso escuchar a Balaam, sino que cambió la maldición en bendición, porque él te ama. (Deuteronomio 23, 6)

  • Después de cruzar el Jordán, las tribus de Simeón, Leví y Judá, Isacar, José y Benjamín, estarán en el monte Garizím, para proclamar la bendición al pueblo; (Deuteronomio 27, 12)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina