Löydetty 396 Tulokset: bajo

  • Rut bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. (Rut 3, 6)

  • Un hombre de Dios se presentó a Elí y le dijo: "Así habla el Señor: Yo me revelé a la familia de tu padre, cuando ellos estaban en Egipto, bajo el poder de la casa del Faraón. (I Samuel 2, 27)

  • Mientras tanto, Saúl estaba sentado en las afueras de Guibeá, bajo el Granado de Migrón, y tenía con él cerca de seiscientos hombres. (I Samuel 14, 2)

  • Jonatán trepó valiéndose de las manos y los pies, seguido de su escudero. Y a medida que los filisteos caían bajo los golpes de Jonatán, su escudero, que iba detrás, acababa con ellos. (I Samuel 14, 13)

  • Abiatar, hijo de Ajimélec, que había ido a refugiarse junto a David, bajó a Queilá con el efod en la mano. (I Samuel 23, 6)

  • Saúl y sus hombres salieron a buscarlo; pero alguien avisó a David, y él bajó a la Roca que está en el desierto de Maón. Saúl se enteró y se lanzó en persecución de David por el desierto de Maón. (I Samuel 23, 25)

  • Mientras tanto, murió Samuel. Todo Israel se reunió y estuvo de duelo por él, y lo sepultaron en su casa, en Ramá. David, por su parte, bajó al desierto de Parán. (I Samuel 25, 1)

  • Apenas vio a David, Abigail bajó inmediatamente del asno, y cayó ante él con el rostro en tierra. (I Samuel 25, 23)

  • Entonces Saúl bajó al desierto de Zif con tres mil hombres, lo más selecto de Israel, para buscar a David en el desierto. (I Samuel 26, 2)

  • Después recogieron sus huesos, los sepultaron bajo el Tamarisco de Iabés, y ayunaron siete días. (I Samuel 31, 13)

  • Pero Asael no quiso apartarse, y Abner lo hirió en el bajo vientre con la punta trasera de su lanza. Esta le salió por detrás, y él cayó muerto allí mismo. Todos los que llegaban al sitio donde Asael había caído muerto, se paraban. (II Samuel 2, 23)

  • Cuando Abner estuvo de vuelta en Hebrón, Joab lo llevó aparte a un lado de la entrada, como para hablar con él en privado, y allí lo hirió mortalmente en el bajo vientre, a causa de la sangre de su hermano Asael. (II Samuel 3, 27)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina