Löydetty 396 Tulokset: bajo

  • Por eso, entrega sus hijos al hambre y déjalos a merced de la espada. ¡Que sus mujeres se queden sin hijos y sin marido, que sus hombres mueran víctimas de la peste, que sus jóvenes caigan bajo la espada en el combate! (Jeremías 18, 21)

  • ¡Que se oiga el clamor que sale de sus casas, cuando mandes de repente salteadores contra ellos! Porque han cavado una fosa para atraparme y han ocultado trampas bajo mis pies. (Jeremías 18, 22)

  • Yo les haré comer la carne de sus hijos y de sus hijas, y se comerán unos a otros, bajo la presión del asedio a que los someterán sus enemigos y los que atentan contra su vida. (Jeremías 19, 9)

  • Porque así habla el Señor: Yo haré que seas presa del terror, tú y todos tus amigos; ellos caerán bajo la espada de sus enemigos, y tú lo verás con tus propios ojos. Y yo entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los herirá con la espada. (Jeremías 20, 4)

  • En todas las ciudades de la Montaña, en las ciudades de la Sefelá, en las ciudades del Négueb, en el país de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, las ovejas pasarán de nuevo bajo las manos del que las recuenta, dice el Señor. (Jeremías 33, 13)

  • Jeremías llamó a Baruc, hijo de Nerías, y Baruc escribió en un rollo, bajo el dictado de Jeremías, todas las palabras que el Señor le había dicho. (Jeremías 36, 4)

  • Por eso irás tú, y leerás las palabras del Señor en el rollo que has escrito bajo mi dictado. Lo harás a oídos del pueblo, en la Casa del Señor, en el día del ayuno; y que lo oigan también todos los hombres de Judá que vengan de sus ciudades. (Jeremías 36, 6)

  • bajó a la casa del rey, a la sala del secretario, donde estaban sesionando todos los jefes: Elisamá, el secretario, Delaías, hijo de Semaías, Elnatán, hijo de Acbor, Guemarías, hijo de Safán, Sedecías, hijo de Ananías, y todos los demás jefes. (Jeremías 36, 12)

  • La palabra del Señor llegó a Jeremías, después que el rey quemó el rollo con las palabras que había escrito Baruc bajo el dictado de Jeremías, en estos términos: (Jeremías 36, 27)

  • Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo entregó a Baruc, hijo de Nerías, el escriba. Este escribió en él, bajo el dictado de Jeremías, todas las palabras del rollo que Joaquím, rey de Judá, había quemado en el fuego. Y además, fueron añadidas muchas otras palabras como aquellas. (Jeremías 36, 32)

  • Entonces el rey Sedecías mandó poner bajo custodia a Jeremías en el patio de la guardia, y ordenó que le dieran cada día una rosca de pan de la calle de los Panaderos, hasta que no hubiera más pan en la ciudad. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia. (Jeremías 37, 21)

  • Porque ciertamente yo te dejaré escapar, y no caerás bajo la espada; tu vida será para ti un botín, porque has confiado en mí -oráculo del Señor-. (Jeremías 39, 18)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina