Löydetty 124 Tulokset: asiria

  • Entonces el copero mayor, puesto de pie, gritó bien fuerte en hebreo: "Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria: (II Reyes 18, 28)

  • Y que Ezequías no los induzca a confiar en el Señor, diciendo: Seguramente el Señor nos librará, y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria. (II Reyes 18, 30)

  • No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo, (II Reyes 18, 31)

  • ¿Acaso los dioses de las naciones han librado a sus países de la mano del rey de Asiria? (II Reyes 18, 33)

  • Tal vez el Señor, tu Dios, escuche las palabras del copero mayor, a quien el rey de Asiria, su señor, envió para insultar al Dios viviente, y el Señor tu Dios, lo castigue por las palabras que ha escuchado. Eleva entonces una plegaria por el resto que todavía subsiste". (II Reyes 19, 4)

  • y este les dijo: "Díganle a su señor: Así habla el Señor: No temas por las palabras que has oído, y con las que me ultrajaron los lacayos del rey de Asiria. (II Reyes 19, 6)

  • El copero mayor regresó y se encontró con el rey de Asiria, que estaba atacando a Libná. (II Reyes 19, 8)

  • "Hablen así a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, haciéndote pensar que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria. (II Reyes 19, 10)

  • Tú has oído, seguramente, lo que hicieron los reyes de Asiria a todos los países, al consagrarlos al exterminio total. ¿Y tú te vas a librar? (II Reyes 19, 11)

  • Es verdad, Señor, que los reyes de Asiria han arrasado todas las naciones y sus territorios. (II Reyes 19, 17)

  • Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: "Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria, y yo la he escuchado. (II Reyes 19, 20)

  • Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria: Él no entrará en esta ciudad, ni le lanzará una flecha; no la enfrentará con el escudo, ni levantará contra ella un terraplén. (II Reyes 19, 32)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina