Löydetty 21 Tulokset: alegró

  • Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. A Atalía la habían pasado al filo de la espada en la casa del rey. (II Reyes 11, 20)

  • Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver. (II Reyes 20, 13)

  • El pueblo se alegró por estas ofrendas voluntarias, porque las habían presentado al Señor de todo corazón. Y también el rey David se llenó de alegría. (I Crónicas 29, 9)

  • Todo Judá se alegró a causa del juramento, porque lo había prestado de todo corazón y había buscado sinceramente al Señor. Por eso el Señor se dejó encontrar por ellos y les dio paz por todas partes. (II Crónicas 15, 15)

  • Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. A Atalía la habían pasado al filo de la espada. (II Crónicas 23, 21)

  • Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. (Salmos 119, 14)

  • Yo me alegro en tu promesa, como quien logra un gran botín. (Salmos 119, 162)

  • Puso en aprieto a muchos reyes, alegró a Jacob con sus proezas, y su memoria será eternamente bendecida. (I Macabeos 3, 7)

  • Jonatán le envió a Antioquía tres mil soldados aguerridos, y cuando se presentaron al rey, este se alegró de su llegada. (I Macabeos 11, 44)

  • De esa manera, armó a cada uno de ellos, no tanto con la seguridad que dan los escudos y las lanzas, cuanto con la confianza que infunden las palabras de aliento. Además les expuso un sueño totalmente fidedigno, que los alegró a todos. (II Macabeos 15, 11)

  • Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver. (Isaías 39, 2)

  • Al ver a Iojanán, hijo de Caréaj, y a todos los jefes de las tropas que lo acompañaban, toda la gente que estaba con Ismael se alegró. (Jeremías 41, 13)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina