Löydetty 75 Tulokset: Viña

  • Porque languidecen los fértiles campos de Jesbón, la viña de Sibmá, cuyas cepas escogidas dejaban volteados a los señores de las naciones: ellas llegaban hasta Iazer, se perdían en el desierto; sus sarmientos se extendían hasta más allá del mar. (Isaías 16, 8)

  • Por eso, uno mi llanto al de Iazer por la viña de Sibmá; yo te riego con mis lágrimas a ti, Jesbón, y a Elealé, porque sobre tu siega y tu cosecha enmudecieron los cantos de la vendimia. (Isaías 16, 9)

  • El vino nuevo está de duelo, la viña desfallece, gimen los que estaban alegres. (Isaías 24, 7)

  • Aquel día, canten a la viña deliciosa: (Isaías 27, 2)

  • No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo, (Isaías 36, 16)

  • ¡Y eso que yo te había plantado con cepas escogidas, todas de simiente genuina! ¿Cómo entonces te has vuelto una planta degenerada, una viña bastarda? (Jeremías 2, 21)

  • Ella devorará tu cosecha y tu pan, devorará tus rebaños y tu ganado, devorará tu viña y tu higuera, destruirá con la espada tus plazas fuertes, en las que tienes puesta tu confianza. (Jeremías 5, 17)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: Rebusca como si fuera una viña al resto de Israel; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador sobre los pámpanos. (Jeremías 6, 9)

  • Cuando quiero cosechar entre ellos -oráculo del Señor- no hay uvas en la viña, no hay higos en la higuera, y el follaje está marchito. (Jeremías 8, 13)

  • Muchos pastores han arrasado mi viña, han pisoteado mi parcela, han hecho de mi parcela deliciosa un desierto desolado; (Jeremías 12, 10)

  • Lloro por ti como por Iazer, viña de Sibmá; tus sarmientos sobrepasaban el mar, llegaban hasta Iazer. Pero sobre tu cosecha y tu vendimia ha irrumpido un devastador. (Jeremías 48, 32)

  • Devastaré su viña y su higuera, de las que ella decía: "Este es el salario que me dieron mis amantes". Las convertiré en una selva y las devorarán los animales del campo. (Oseas 2, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina