Löydetty 30 Tulokset: Provincias
a fin de que se investigue en los Anales de tus predecesores. En ellos comprobarás que esta es una ciudad rebelde, perjudicial para los reyes y las provincias; y que en ella se han fomentado insurrecciones desde los tiempos más remotos. Por ese motivo fue destruida. (Esdras 4, 15)
Era el tiempo de Asuero, aquel que reinó sobre ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía. (Ester 1, 1)
Memucán respondió en presencia del rey y de los príncipes: "La reina Vasti no sólo ha ofendido al rey, sino también a todos los jefes y a todos los pueblos de todas las provincias del rey Asuero. (Ester 1, 16)
envió cartas a todas sus provincias, a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua, ordenando que el marido fuera señor en su casa y que en ella se hablara el idioma del marido. (Ester 1, 22)
Que el rey designe inspectores en todas las provincias de su reino, para que ellos reúnan en el harén de la ciudadela de Susa a todas las jóvenes vírgenes y hermosas. Se las pondrá bajo la vigilancia de Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres, y se las proveerá de cremas de belleza. (Ester 2, 3)
Luego ofreció un gran banquete a todos sus oficiales y servidores -el banquete de Ester- y además concedió franquicias a todas las provincias y otorgó regalos con la liberalidad digna de un rey. (Ester 2, 18)
Amán dijo entonces al rey Asuero: "En todas las provincias de tu reino, hay un pueblo particular, disperso entre los otros pueblos y aislado de los demás. Sus leyes son diferentes de las de todo otro pueblo, y ellos no cumplen las leyes reales. Al rey no le conviene tolerarlos. (Ester 3, 8)
Los secretarios del rey fueron convocados el día trece del primer mes. Y tal como lo había ordenado Amán, se redactó un escrito dirigido a los prefectos reales, a los gobernadores de cada una de las provincias y a los jefes de cada pueblo, a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua. Los escritos estaban redactados en nombre del rey Asuero y sellados con el anillo real. (Ester 3, 12)
Luego los mensajeros llevaron estos documentos a todas las provincias del rey, con la orden de exterminar, matar y eliminar a todos los judíos, jóvenes y viejos, mujeres y niños, y de confiscar sus bienes. Esto debía hacerse en un mismo día, el día trece del duodécimo mes, es decir, el mes de Adar. (Ester 3, 13)
"Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del reino saben que hay una ley según la cual debe morir cualquier hombre o mujer que se presente ante el rey, en el atrio interior, sin haber sido llamado. Esto, a menos que el rey extienda hacia él su cetro de oro para perdonarle la vida. En cuanto a mí, ya hace treinta días que no he sido llamada a la presencia del rey". (Ester 4, 11)
y dijo: "Si al rey le parece bien y quiere hacerme un favor, si lo juzga conveniente y está contento conmigo, haga revocar por escrito los documentos que Amán, hijo de Hamdatá, el agaguita, concibió y escribió para eliminar a los judíos de todas las provincias del rey. (Ester 8, 5)
Los secretarios del rey fueron convocados en aquel mismo momento, el día veintitrés del tercer mes, que es el mes de Siván. Y tal como lo ordenó Mardoqueo, se redactó un documento dirigido a los judíos, a los prefectos, los gobernadores y los jefes de las provincias -eran ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía- a cada provincia en su propia escritura y a cada pueblo en su propia lengua, y también a los judíos en su escritura y su lengua. (Ester 8, 9)