Löydetty 450 Tulokset: Justicia

  • Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. (Mateo 5, 6)

  • Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 10)

  • Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 20)

  • Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. (Mateo 6, 1)

  • Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. (Mateo 6, 33)

  • Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. (Mateo 12, 18)

  • No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; (Mateo 12, 20)

  • En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él. (Mateo 21, 32)

  • ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. (Mateo 23, 23)

  • lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida. (Lucas 1, 75)

  • Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. (Lucas 7, 29)

  • Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. (Lucas 11, 42)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina