Löydetty 33 Tulokset: Iglesias

  • En cuanto a Tito, él es mi compañero y mi colaborador entre ustedes, y los demás hermanos son los delegados de las Iglesias y la gloria de Cristo. (II Corintios 8, 23)

  • Pruébenles entonces su amor, y lo bien fundado de nuestro orgullo por ustedes delante de las Iglesias. (II Corintios 8, 24)

  • Yo he despojado a otras Iglesias, aceptando su ayuda, para poder servirlos a ustedes. (II Corintios 11, 8)

  • Y dejando de lado otras cosas, está mi preocupación cotidiana: el cuidado de todas las Iglesias. (II Corintios 11, 28)

  • ¿Qué tienen de menos que las otras Iglesias, sino que no he sido una carga para ustedes? Perdónenme si los ofendo. (II Corintios 12, 13)

  • y todos los hermanos que están conmigo, saludamos a las Iglesias de Galacia. (Gálatas 1, 2)

  • Las Iglesias de Judea que creen en Cristo no me conocían personalmente, (Gálatas 1, 22)

  • En efecto, ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellas sufrieron de parte de los judíos. (I Tesalonicenses 2, 14)

  • Tanto es así que, ante las Iglesias de Dios, nosotros nos sentimos orgullosos de ustedes, por la constancia y la fe con que soportan las persecuciones y contrariedades. (II Tesalonicenses 1, 4)

  • Yo, Juan, escribo a las siete Iglesias de Asia. Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de aquel que es, que era y que viene, y de los siete Espíritus que están delante de su trono, (Apocalipsis 1, 4)

  • «Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete Iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea». (Apocalipsis 1, 11)

  • El significado misterioso de las siete estrellas que has visto en mi mano y de los siete candelabros de oro es el siguiente: las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias, y los siete candelabros son las siete Iglesias». (Apocalipsis 1, 20)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina