Löydetty 229 Tulokset: Faraón

  • Él realizó, ante nuestros mismos ojos, grandes signos y tremendos prodigios contra Egipto, contra el Faraón y contra toda su casa. (Deuteronomio 6, 22)

  • Pero por el amor que les tiene, y para cumplir el juramento que hizo a tus padres, el Señor los hizo salir de Egipto con mano poderosa, y los libró de la esclavitud y del poder del Faraón, rey de Egipto. (Deuteronomio 7, 8)

  • no les tengas miedo. Recuerda cómo trató el Señor, tu Dios, al Faraón y a todo Egipto: (Deuteronomio 7, 18)

  • los signos y las obras que realizó en Egipto contra el Faraón, rey de Egipto, y contra todo su país; (Deuteronomio 11, 3)

  • Moisés convocó a todo Israel, y le dijo: Ustedes han visto con sus propios ojos lo que el Señor hizo en Egipto al Faraón, a sus servidores y a todo su país: (Deuteronomio 29, 1)

  • ya sea por todas las señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto contra el Faraón, contra todos sus servidores y contra todo su país, (Deuteronomio 34, 11)

  • Un hombre de Dios se presentó a Elí y le dijo: "Así habla el Señor: Yo me revelé a la familia de tu padre, cuando ellos estaban en Egipto, bajo el poder de la casa del Faraón. (I Samuel 2, 27)

  • ¿Por qué se van a obstinar como lo hicieron Egipto y el Faraón? ¿No tuvieron acaso que dejarlos partir cuando el Señor se ensañó con ellos? (I Samuel 6, 6)

  • Salomón se emparentó con el Faraón, rey de Egipto: tomó por esposa a la hija del Faraón y la llevó a la Ciudad de David, hasta que terminó de construir su propia casa, la Casa del Señor y el muro en torno de Jerusalén. (I Reyes 3, 1)

  • Su residencia personal, que daba al otro atrio, retirado del Pórtico, estaba construida en un estilo semejante. Y también hizo una casa, parecida a ese Pórtico, para la hija del Faraón con la que se había casado. (I Reyes 7, 8)

  • Una vez que la hija del Faraón pasó de la Ciudad de David a la casa que le había edificado Salomón, este levantó el Terraplén. (I Reyes 9, 24)

  • En cuanto a Guézer, el Faraón, rey de Egipto, la había atacado y conquistado, la había incendiado y matado a todos los cananeos que vivían en la ciudad, y luego se la había entregado como dote a su hija, la esposa de Salomón. (I Reyes 9, 16)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina