Löydetty 627 Tulokset: Corazón

  • ¡Que no haya entre ustedes ni hombre ni mujer, ni clan ni tribu, cuyo corazón se aparte hoy del Señor, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones! ¡Que no haya entre ustedes una raíz que produzca hierbas venenosas o ajenjo! (Deuteronomio 29, 17)

  • Cuando te sucedan todas estas cosas -la bendición y la maldición que he puesto delante de ti- si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde el Señor, tu Dios, te habrá arrojado, (Deuteronomio 30, 1)

  • si te conviertes al Señor, tu Dios, y tú y tus hijos le obedecen con todo su corazón y con toda su alma, exactamente como hoy te lo ordeno, (Deuteronomio 30, 2)

  • El Señor, tu Dios, circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y así tengas vida. (Deuteronomio 30, 6)

  • Todo esto te sucederá porque habrás escuchado la voz del Señor, tu Dios, y observado sus mandamientos y sus leyes, que están escritas en este libro de la Ley, después de haberte convertido al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. (Deuteronomio 30, 10)

  • No, la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la practiques. (Deuteronomio 30, 14)

  • Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar y vas a postrarte ante otros dioses para servirlos, (Deuteronomio 30, 17)

  • Al enterarnos de eso, nuestro corazón desfalleció, y ya no hay nadie que tenga ánimo para oponerles resistencia, porque el Señor, su Dios, es Dios allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra. (Josué 2, 11)

  • Cuando todos los reyes de los amorreos que ocupaban la región situada al oeste del Jordán y todos los reyes de los cananeos que estaban junto al mar, oyeron que el Señor había secado las aguas del Jordán delante de los israelitas, hasta que ellos pasaron, su corazón desfalleció y nadie tuvo ánimo para oponerles resistencia. (Josué 5, 1)

  • Pero pongan mucho cuidado en practicar los mandamientos y la Ley que les prescribió Moisés, el servidor del Señor, a saber: amar al Señor, su Dios, y seguir todos sus caminos; observar sus mandamientos, mantenerse fieles a él, y servirlo con todo el corazón y con toda el alma". (Josué 22, 5)

  • Ya estoy a punto de irme por el camino que les toca recorrer a todos. Reconozcan entonces con todo su corazón y con toda su alma, que ni una sola de todas esas admirables promesas que les hizo el Señor, ha caído en el vacío: todas se han cumplido, y no falló ni una sola. (Josué 23, 14)

  • Mi corazón está con los caudillos de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendigan al Señor! (Jueces 5, 9)


“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina