Löydetty 18 Tulokset: viejos

  • lo mejor de los viejos montes y de las antiguas lomas, (Deuteronomio 33, 15)

  • Se apoderaron de Jericó. Y espada en mano mataron a todos los hombres y mujeres, jóvenes y viejos; incluso a los bueyes, ovejas y burros, y los entregaron como anatema, o sea, los sacrificaron a Dios. (Josué 6, 21)

  • Se aprovisionaron de alimentos, cargaron sobre sus burros unos sacos viejos y pellejos de vino, rotos y parchados, (Josué 9, 4)

  • Por orden del soberano, los mensajeros llevaron, en el menor tiempo posible, a todas las provincias del imperio las cartas en que se mandaba masacrar, asesinar y exterminar a todos los judíos, fueran jóvenes o viejos, niños o mujeres, y apoderarse de sus bienes. (Ester 3, 13)

  • Los sabios no son los ancianos, ni por ser viejos comprenden lo que es justo. (Job 32, 9)

  • Perecieron jóvenes y viejos; fueron asesinados hombres, mujeres y niños y pasaron por la espada tanto a niños de pecho como a muchachos. (2 Macabeos 5, 13)

  • Seamos duros con esos pobres piadosos, y lo mismo con las viudas; ¡nada de respeto con los viejos de cabellos blancos! (Sabiduría 2, 10)

  • No desprecies al hombre en su vejez; también seremos viejos un día. (Sirácides (Eclesiástico) 8, 6)

  • De la misma manera conducirá el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopía. Jóvenes o viejos, los llevará desnudos, sin zapatos y con las nalgas al aire.» (Isaías 20, 4)

  • ni habrá más, allí, recién nacidos que vivan apenas algunos días, o viejos que no vivan largos años, pues morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien será tenido como una maldición. (Isaías 65, 20)

  • Así dice Yavé: «Vuelvan al punto de partida y pregunten por los viejos senderos: ¿Cuál era el camino del bien? Síganlo y encontrarán la tranquilidad.» Pero respondieron: «¡No queremos ir por ahí!» (Jeremías 6, 16)

  • ¡Y bien, mi pueblo me ha olvidado y quema incienso a cosas que no valen nada! Lo han desviado de sus caminos, de sus viejos senderos, para tomar caminos horrorosos, rutas intransitables. (Jeremías 18, 15)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina