Löydetty 910 Tulokset: vida nueva
Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. (1º Carta de Juan 4, 9)
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Si amamos al que da la vida, amamos también a quienes han nacido de él; (1º Carta de Juan 5, 1)
Pues bien, este es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo. (1º Carta de Juan 5, 11)
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. (1º Carta de Juan 5, 12)
Les he escrito, pues, a ustedes que creen en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. (1º Carta de Juan 5, 13)
Si alguno ve a su hermano en el pecado, -un pecado que no ha traído la muerte-, ore por él y Dios le dará vida. (Hablo de esos pecadores cuyo pecado no es para la muerte). Porque también hay un pecado que lleva a la muerte, y no pido oraciones en este caso. (1º Carta de Juan 5, 16)
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo; ahí tienen el Dios verdadero y la Vida eterna. (1º Carta de Juan 5, 20)
En cambio ustedes, muy amados, construyan su vida sobre las bases de su santísima fe, orando en el Espíritu Santo. (Carta de Judas 1, 20)
Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de Cristo Jesús nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna. (Carta de Judas 1, 21)
El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias: «Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios.» (Apocalipsis 2, 7)
Escribe al ángel de la Iglesia de Esmirna: Así habla el Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y volvió a la vida. (Apocalipsis 2, 8)
No tengas miedo por lo que vas a padecer. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Serán diez días de prueba. Permanece fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2, 10)