Löydetty 842 Tulokset: vida espiritual

  • acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad. (2º Carta a Timoteo 1, 10)

  • Tú, en cambio, has seguido de cerca mi enseñanza, mi modo de vida, mis proyectos, mi fe, mi paciencia, mi caridad, (2º Carta a Timoteo 3, 10)

  • Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa. (2º Carta a Timoteo 4, 8)

  • Esperamos la vida eterna que nos había prometido desde siempre el Dios que no miente jamás. (Carta a Tito 1, 2)

  • nos enseña a rechazar la vida sin Dios y las codicias mundanas, y viviendo en el mundo presente como seres responsables, justos y que sirven a Dios. (Carta a Tito 2, 12)

  • Habiendo sido reformados por gracia, esperamos ahora nuestra herencia, la vida eterna. (Carta a Tito 3, 7)

  • y la petición es para mi hijo Onésimo, a quien transmití la vida mientras estaba preso. (Carta a Filemon 1, 10)

  • En efecto, ¿a qué ángel le dijo Dios jamás: Tú eres mi Hijo, yo te he dado la vida hoy? ¿Y de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un Padre y él será para mí un Hijo? (Carta a los Hebreos 1, 5)

  • De este modo liberó a los hombres que, por miedo a la muerte, permanecían esclavos en todos los aspectos de su vida. (Carta a los Hebreos 2, 15)

  • Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo; te he dado vida hoy mismo. (Carta a los Hebreos 5, 5)

  • En los días de su vida mortal, presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; este fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión. (Carta a los Hebreos 5, 7)

  • El que se queda con la leche no entiende todavía el lenguaje de la vida en santidad, no es más que un niño pequeño. (Carta a los Hebreos 5, 13)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina