Löydetty 412 Tulokset: tienda del encuentro

  • «Estaba yo haciendo oración en la ciudad de Jope cuando en un éxtasis tuve una visión. Algo bajaba del cielo, algo que se parecía a una gran tienda de campaña, y llegaba hasta mí, posándose en el suelo sobre sus cuatro puntas. (Hecho de los Apóstoles 11, 5)

  • Mientras íbamos un día al lugar de oración, salió a nuestro encuentro una muchacha esclava que estaba poseída por un espíritu adivino. Adivinando la suerte producía mucha plata a sus amos. (Hecho de los Apóstoles 16, 16)

  • Llevábamos allí algunos días, cuando nos salió al encuentro un profeta de Judea, llamado Agabo. (Hecho de los Apóstoles 21, 10)

  • Allí los hermanos salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas, pues ya tenían noticia de nuestra llegada. Pablo al verlos dio gracias a Dios y se llenó de ánimo. (Hecho de los Apóstoles 28, 15)

  • Ve al encuentro de este pueblo y dile: Por más que oigan no entenderán, y por más que miren no verán. (Hecho de los Apóstoles 28, 26)

  • Ahí me encuentro con una ley: cuando quiero hacer el bien, el mal se me adelanta. (Carta a los Romanos 7, 21)

  • Pero cuando me encuentro en la asamblea prefiero decir cinco palabras mías que sean entendidas y ayuden a los demás, antes que diez mil en lenguas. (1º Carta a los Corintios 14, 19)

  • Sabemos que si nuestra casa terrena o, mejor dicho, nuestra tienda de campaña, llega a desmontarse, Dios nos tiene reservado un edificio no levantado por mano de hombres, una casa para siempre en los cielos. (2º Carta a los Corintios 5, 1)

  • Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, llevados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba. Y estaremos con el Señor para siempre. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 17)

  • Se sabe que Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando volvía de derrotar a los reyes; bendijo a Abrahán (Carta a los Hebreos 7, 1)

  • pues de alguna manera Leví estaba en su abuelo Abrahán cuando Melquisedec le vino al encuentro. (Carta a los Hebreos 7, 10)

  • él está a cargo del santuario y de la tienda verdadera, levantada no por hombres, sino por el Señor. (Carta a los Hebreos 8, 2)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina