Löydetty 491 Tulokset: segunda venida de Cristo

  • de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado. (Carta a los Hebreos 9, 28)

  • Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo. (Carta a los Hebreos 10, 5)

  • Esta voluntad de Dios, de que habla, es que seamos santificados por la ofrenda única del cuerpo de Cristo Jesús. (Carta a los Hebreos 10, 10)

  • Cristo, por el contrario, ofreció por los pecados un único y definitivo sacrificio y se sentó a la derecha de Dios, (Carta a los Hebreos 10, 12)

  • Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto. (Carta a los Hebreos 11, 26)

  • Cristo Jesús permanece hoy como ayer y por la eternidad. (Carta a los Hebreos 13, 8)

  • que les haga adquirir todo lo que es perfecto, para que así cumplan su voluntad, pues él pone en nosotros lo que le agrada, por Cristo Jesús, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén (Carta a los Hebreos 13, 21)

  • Santiago, servidor de Dios y de Cristo Jesús el Señor, saluda a las doce tribus dispersas en medio de las naciones.Paciencia en las pruebas (Carta de Santiago 1, 1)

  • Hermanos, si realmente creen en Jesús, nuestro Señor, el Cristo glorioso, no hagan diferencias entre personas. (Carta de Santiago 2, 1)

  • ¿Y no son ellos los que blasfeman el glorioso nombre de Cristo que ha sido pronunciado sobre ustedes? (Carta de Santiago 2, 7)

  • Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. (Carta de Santiago 5, 7)

  • Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca. (Carta de Santiago 5, 8)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina