Löydetty 88 Tulokset: sabrán

  • Haré que Egipto rinda cuenta y sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 30, 19)

  • Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, mientras que el Faraón tendrá que bajar los suyos. Sabrán que yo soy Yavé cuando ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y la alce contra Egipto. (Ezequiel 30, 25)

  • Dispersaré a los egipcios entre las naciones, los desparramaré entre los pueblos y sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 30, 26)

  • Arrasaré a Egipto; mataré a sus habitantes y quedará completamente vacío: entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 32, 15)

  • El día en que transforme al país en una ruina y en un desierto, debido a todos los crímenes que cometieron, sabrán que yo soy Yavé". (Ezequiel 33, 29)

  • Pero cuando eso ocurra -y eso va a ocurrir- sabrán que tenían un profeta en medio de ellos. (Ezequiel 33, 33)

  • El árbol de los campos dará su fruto y la tierra, su cosecha; mi pueblo vivirá seguro en su tierra, porque habré roto su yugo y los habré librado de manos de los opresores. Entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 34, 27)

  • ( ) Serán arrasados no sólo la montaña de Seir sino todo Edom. Y sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 35, 15)

  • Multiplicaré en ustedes a hombres y animales ( ). Serán pobladas como antes y las trataré mejor que en los comienzos; entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 36, 11)

  • Santificaré mi nombre que fue profanado en las naciones - y ustedes fueron los que lo hicieron despreciable. Las naciones sabrán que yo soy Yavé cuando, por medio de ustedes, aparezca ante sus ojos mi santidad. (Ezequiel 36, 23)

  • Entonces las naciones que hayan subsistido alrededor de ustedes sabrán que yo, Yavé, reconstruí lo que estaba demolido, volví a plantar lo que había sido arrasado. Yo Yavé lo digo y lo haré. (Ezequiel 36, 36)

  • En las ciudades otrora en ruinas, los hombres serán tan numerosos como las ovejas, como el rebaño de animales consagrados, como las ovejas en Jerusalén con ocasión de las grandes asambleas; entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 36, 38)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina