Löydetty 109 Tulokset: rico y Lázaro

  • Al decir esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!» (Evangelio según San Juan 11, 43)

  • Seis días antes de la Pascua fue Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. (Evangelio según San Juan 12, 1)

  • Allí lo invitaron a una cena. Marta servía y Lázaro estaba entre los invitados. (Evangelio según San Juan 12, 2)

  • Muchos judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por ver a Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. (Evangelio según San Juan 12, 9)

  • Entonces los jefes de los sacerdotes pensaron en dar muerte también a Lázaro, (Evangelio según San Juan 12, 10)

  • Toda la gente que había estado junto a Jesús cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos, cantaba sus alabanzas, (Evangelio según San Juan 12, 17)

  • Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos. (2º Carta a los Corintios 8, 9)

  • Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó! (Carta a los Efesios 2, 4)

  • y el rico, cuando se ve rebajado; porque pasará como la flor del campo. (Carta de Santiago 1, 10)

  • Se levanta el sol y empieza el calor, seca la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus negocios. (Carta de Santiago 1, 11)

  • Sé que sufres y eres pobre, y, sin embargo, eres rico. Sé cómo te calumnian los que pretenden ser judíos y no lo son, pues su sinagoga es la de Satanás. (Apocalipsis 2, 9)

  • Tú piensas: Soy rico, tengo de todo, nada me falta. Y no te das cuenta de que eres un infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. (Apocalipsis 3, 17)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina