Löydetty 143 Tulokset: quiénes

  • Pero ahora, escucha, Jacob, siervo mío, hijos de Israel, a quienes yo elegí: (Isaías 44, 1)

  • He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me tiraban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos. (Isaías 50, 6)

  • Oh, ¿quiénes son ésos, una nube de palomas que vuelan a su palomar? (Isaías 60, 8)

  • Nunca se escuchó, ningún oído oyó, ni ojo alguno ha visto que un Dios, fuera de ti, hiciera tanto en favor de quienes confían en él. (Isaías 64, 3)

  • Los expondrán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, a quienes siguieron, consultaron y adoraron. No serán recogidos para ser enterrados de nuevo, sino que quedarán como abono por el suelo. (Jeremías 8, 2)

  • A ti también, Pasjur, te llevarán a Babilonia, junto con todos los que viven en tu casa. Allí morirás y serás sepultado, igual que tus amigos, a quienes engañas con profecías falsas.» (Jeremías 20, 6)

  • La llevaron Elasa, hijo de Safán, y Gamarías, hijo de Elcías, a quienes Sedecías, rey de Judá, había enviado a Babilonia, para que se presentaran al rey Nabucodonosor. La carta decía así: (Jeremías 29, 3)

  • Yavé, Dios de Israel, dice que esto no conducirá a otra cosa que a llenar la ciudad de cadáveres; allí estarán aquellos a quienes haya yo derribado con rabia y furor, y cuya maldad fue causa de que yo no quisiera mirar más a esta ciudad. (Jeremías 33, 5)

  • en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión. (Jeremías 33, 26)

  • Se pusieron en camino e hicieron un alto en Caman, cerca de Belén. Su proyecto era irse a Egipto, lejos de los caldeos, a quienes temían, después que Ismael había asesinado a Godolías, puesto por el rey de Babilonia para gobernar el país. (Jeremías 41, 17)

  • El invasor tomó todos sus tesoros; ella vio entrar a los paganos en su santuario; a quienes tú habías prohibido entraron en tus asambleas. (Lamentaciones 1, 10)

  • Por eso la entregué en manos de sus amantes, en manos de los Asirios por quienes ardía en amor. (Ezequiel 23, 9)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina