Löydetty 236 Tulokset: profeta Iddo
Reconocieron que era profeta y que no se equivocaba; cuando se cumplieron sus palabras, reconocieron que sus visiones eran verdaderas. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 15)
Luego apareció, como un fuego, el profeta Elías, cuyas palabras quemaban como un antorcha. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 1)
Nada fue imposible para él y hasta en el sueño de la muerte hizo obra de profeta. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 13)
Porque Ezequías hacía lo que le gusta al Señor; se atuvo firmemente a los ejemplos de David, su padre. El profeta Isaías, que fue tan grande y cuyas visiones no engañaban a nadie, se encargaba de enseñárselos. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 22)
Intervino Jeremías, al que habían maltratado. Fue consagrado como profeta desde el vientre de su madre: tenía que arrancar, destruir y dejar en ruinas, y luego construir y plantar. (Sirácides (Eclesiástico) 49, 7)
Las deja sin oficiales ni soldados, sin juez ni profeta; sin adivino ni anciano, (Isaías 3, 2)
La cabeza son el anciano y el noble; la cola es el profeta de mentira (Isaías 9, 16)
En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, (Isaías 37, 2)
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle de parte de Yavé: «Esto te dice Yavé: Pon en orden las cosas de tu familia, porque vas a morir y no sanarás.» (Isaías 38, 1)
«Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.» (Jeremías 1, 5)
Pues desde el más chico al más grande, todos andan buscando su propio provecho, y desde el sacerdote hasta el profeta son todos unos embusteros. (Jeremías 6, 13)
Así que yo daré sus mujeres a otros, sus campos a nuevos propietarios. Pues desde el más chico hasta el más grande, andan todos buscando su provecho; y desde el profeta hasta el sacerdote todos se dedican a engañar. (Jeremías 8, 10)